Actuar frente al conflicto

Como maestros, una de nuestras tareas casi que permanentes, es mediar en los conflictos entre los miembros de la comunidad educativa, llamense padres o estudiantes, sin embargo, como dice el dicho popular ¿al alcalde quien lo ronda?


Es verdad que la palabra «maestro» significa el que está por encima de los demás y por lo tanto puede enseñar, pero en nuestra cotidianidad muchas veces nos cuesta educar con el ejemplo, y así como le damos lecciones de vida a los demás sobre la manera de resolver sus conflictos de modos proactivos, muchas veces nosotros mismos no somos capaces de hacerlo. Es verdad, al igual que los otros, somos humanos y también tenemos  cargas emocionales, sin embargo es importante que veamos las situaciones que se presentan en nuestros centros de trabajo como una oportunidad de mejorar como personas y constuir un clima laboral mediado por el respeto pero donde la divergencia es posible. 

Las actitudes que asumimos: esto tiene que ver con las caracteristicas de nuestra personalidad.

  • La personalidad dominante, quiere resolver los conflictos con la fuerza de la autoridad, no le interesa mucho  el aspecto emocional involucrado sino los resultados prácticos que lleven a la solución.
  • La mediadora  escucha a las partes, usa su carisma personal para que éstas se entiendan y resuelvan la dificultad, teniendo en cuenta tanto los resultados como lo emotivo.
  • La conciliadora es más del tipo  que quiere evitar los conflictos y trata de que las personas  actúen cooperativamente para resolver sus diferencias y comprometerse en una solución, busca que haya armonía entre todos.
  • La negadora es la que le teme al conflicto y por lo tanto lo niega o lo minimiza, su máximo objetivo es «no meterse en problemas».

¿Cuál es tu actitud ante el conflicto?

Frente a un conflicto laboral o personal que recomiendan los expertos:

1. Bajar la temperatura: es necesario esperar a que nuestro cerebro se enfríe y se atenúen las emociones, de lo contrario podríamos en vez de solucionar el conflicto empeorarlo.

2. Aprender a escuchar lo que el otro tiene que decir: aunque nos sintamos tentados a defender nuestro punto de vista por encima de el de los demás, es importante que prestemos atención a lo que el otro dice, tal vez tenga razón en algunas cosas.

3. Ser más empático: es importante ponernos en el lugar del otro y aceptar que a veces nuestras actitudes pueden ser hirientes.

4. Ser más asertivo: es crucial defender nuestro punto de vista sin atropellar a los demás

5. Entender que un conflicto es un gana-gana, no se trata de demostrar que yo tengo la razón y el otro no o viceverza, se trata de encontrar un equilibrio de fuerzas que nos permitan trabajar en equipo y colaborativamente.

6. Evitar el resentimiento y la actitud de víctima: en un conflicto laboral no hay ganadores, pero si todos podemos perder si el clima laboral no mejora. No hay como sentirse bien en dónde se está y para eso es importante ser receptivos al perdon.

7. Entender que se miran las situaciones, no a las personas. Cuando se presenta un problema tendemos a pensar que es contra nosotros, cuando no es así, es hacia nuestras conductas, que pueden ser analizadas y mejoradas.

Una máxima importante en los conflictos es «cambia, que el mundo cambiará contigo» no podemos pretender que el mundo gire a nuestro favor, tenemos que poner nuestro grano de arena.

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